La lactosa es el azúcar de la leche y cuando hablamos que una persona tiene intolerancia a la lactosa significa que su cuerpo no es capaz de digerir la lactosa. Esto es debido porque el organismo no es capaz de producir suficiente lactasa, que es la enzima que hace posible digerir la lactosa.

La intolerancia a la lactosa es bastante más común de lo que en principio pueda parecer. Las personas que la padecen sufren dolor y molestias en el estómago como pueden ser gases o hinchazón después de consumir alimentos que tengan lactosa.

Hay diferentes grados de intolerancia, dependiendo de cada persona, en algunos casos bastará que tomen una pequeña cantidad para sentir los síntomas y en otros caso más leves necesitarán al menos dos vasos para sentir estas molestias.

Hay que tener en cuenta que la leche aporta a nuestro cuerpo el calcio que este necesita, por lo que normalmente es un alimento básico en la dieta. Sin embargo las personas que son intolerantes a la lactosa no pueden consumirla, pues como hemos visto su cuerpo la rechaza.

Alternativas a la leche

Afortunadamente hoy en día existen alternativas a la leche de vaca en bebidas vegetales. Por ejemplo podemos encontrar en el mercado la conocida como leche de soja, almendra, de arroz o de avena.

Además, es posible encontrar leches de vaca a la que los fabricantes le han extraído la lactosa. También existe leche baja en lactosa. Dependiendo del nivel de tolerancia de cada uno podrá tomar un tipo u otro.

De entre todas estas bebidas vegetales, la llamada leche de soja es la más normal y también podemos encontrarla en forma de yogurt u otros derivados. La de almendras además es muy buena para bajar los niveles de colesterol. Si hablamos de la leche de arroz es una bebida de fácil digestión, que además es muy rica en fibra y ayuda también a bajar el colesterol. Además está recomendada también para las personas celiacas o diabéticas. Por último, la leche de avena incorpora gran cantidad de fibra, vitaminas y minerales.

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