La mayoría de las emprendedoras narran sus historias de una manera fantástica, pero la verdad suele ser que en un principio no es nada fácil. ¿Cómo equilibrar la familia y el negocio sin perder en el intento?

Toda profesional se ha sentido abrumada por el dilema entre tener que elegir o bien pasar más tiempo en el trabajo o con la familia, y es que existe un factor que hace que cada empresaria comience a cuestionarse sobre su vida laboral, porque tiene en sus manos una de las decisiones más difíciles que es acomodar su agenda para poder atender su hogar tanto como atiende su trabajo.

Cuando una emprendedora tiene su propia familia se vuelve realidad más que nunca ese dicho que “el tiempo es dinero”, pues a ciencia cierta debe modificar sus horarios para que el negocio marche bien sin sacrificar las necesidades de su hogar ni su salud. Aquí te damos ciertos consejos para que trates de balancear ambos aspectos de tu vida y seas una gran líder en los dos lugares.

#1 El secreto está en la planificación

Programar las agendas y aprovechar el tiempo es uno de los consejos de oro que pueden dar cualquiera de los que haya estado en tu posición. Si muchos lo han logrado entonces tú también puedes hacerlo, por ello dentro de la planificación es imprescindible que programes tus actividades. Lo más importante de esto no es que las programes en tiempo irreal, sino establecer límites que puedas cumplir e incluso hacer dos actividades al mismo tiempo para aprovechar.

Recuerda que siempre habrá prioridades. Nunca va a faltar el que te diga que la familia está primero, y aunque a veces no queramos admitirlo, es cierto: el tiempo que pierdas con tu familia puede ser irreparable, mientras que un negocio puede concretarse en otro momento; por ello es importante tener un poco de paciencia. Es mejor perder la cabeza de vez en cuando, que perderse los momentos más valiosos.

#2 Soluciona tus problemas personales

 

Antes de enfocarte en tu negocio, lo más recomendable es resolver los problemas, hablarlos y no acumularlos. Aunque es aplicable para cada uno de los casos, familia y trabajo, es muy importante por tu bienestar emocional que te desahogues, que hables tus problemas, que te comuniques, pero sobre todo que no te guardes estos sentimientos negativos. Si no lo haces, al final del día podrías convertirte en un volcán en erupción, lo que no te permitirá mostrar tu verdadero potencial ni en tu hogar, ni en el trabajo.

#3 Comunicación

Nunca olvides que la comunicación es vital. Es una necesidad que tenemos todos los seres vivos, es lo único que puede hacer que otro sepa qué es lo que queremos, por ello debes comunicar lo que ocurre, lo que quieres hacer o el cómo te gustaría hacerlo, así como también debes estar abierto a las respuestas que te vayan a dar y por supuesto continuar el feedback, si es posible, alentarlo. Se requiere empatía para que todo marche en paz.

#4 Buenas decisiones

Diariamente cada uno se desempeña de diferentes maneras en el día a día. Es amigo, esposo o esposa, madre o padre, hijo o hija, vecino, etc., pero para mantener el equilibrio en todas las áreas es importante saber a quiénes realmente podemos tener para que nos acompañen en determinados roles. Por más que tener un negocio sea todo un reto, no se quieren personas que traigan problemas, sino soluciones, así que no dejes que una labor interfiera con la otra, mejor encuentra el equilibrio entre ambas.

¿Qué hacer en el ambiente laboral?

Antes que nada es fundamental aprender a delegar. Recuerda que no siempre puedes ser autosuficiente. El buen líder no es el que hace todo, sino el que también conoce a su equipo y confía en ellos para que hagan labores específicas. Piénsalo: de esta manera evitarás ser una mal madre o una mala trabajadora, porque estará entregado a determinadas funciones que en la medida de lo posible no te quitarán el tiempo con tu familia.

De cualquier manera, para poder llegar a un punto donde puedas delegar tareas y liberar un poco de carga sin problema, es necesario que aprendas sobre ti mismo. Hacer varias cosas a la vez está bien, pero querer tener el control de todo al mismo tiempo es sencillamente una locura. Para evitar caer en actividades en las que no podríamos ser tan buenos o viceversa, debes conocerte y saber cuáles son tus fortalezas y tus debilidades. Lo mejor es aceptar que otras personas se desenvuelven mejor en determinadas áreas y que sería mejor si se encargaran por sí mismas de todo lo concerniente a ello.

No más comparaciones

Finalmente, nuestro mejor consejo para equilibrar la familia y el negocio es dejar atrás las comparaciones. No todos los comienzos son iguales: a algunos les va bien, a otros se les hace más difícil, pero lo importante es que el negocio siga siendo visto por ti como una oportunidad de crecimiento y un sustento económico. Evita mirar al empresario joven que no tiene familia y comparar sus responsabilidades con las tuyas, después de todo sus prioridades no son las mismas, no poseen la misma cantidad de tiempo para dedicárselo al trabajo y tampoco poseen los mismos objetivos.

El asunto del balance entre el trabajo y la familia es uno de los temas más tocados actualmente por emprendedores, pero la clave para muchos está en simplemente saber distribuir el tiempo y establecer claramente cuáles son los aspectos más valiosos en nuestras vidas.

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