Olor, picor, ardor o irritación al orinar o mantener relaciones sexuales son algunos de los síntomas asociados a la infección vaginal. No obstante, este tipo de afecciones pueden ser tratadas de manera natural, eficaz y saludable.

La salud e higiene íntima es un tema tabú para muchos de nosotros. Tratar este tipo de cuestiones genera pudor entre un amplio porcentaje de la sociedad. No obstante, transmitir información sobre ello ayudará a perder esos miedos y saber cómo frenar sus molestos síntomas, algo que nuestros profesionales médicos nos indicarán dependiendo de las causas que nos han conducido a tal estado. El desconocimiento hacia este tipo de ámbitos hace que la incertidumbre se acreciente en nuestro interior.

La mayoría de las adolescentes aprecian manchas blanquecinas o amarillas en su ropa interior después de entrar en la pubertad. Este líquido es algo habitual, dado que ayuda a limpiar y humedecer la vagina. Si esta clase de secreción es de esta tonalidad, carece de un olor desagradable o se vuelve “fibroso” a mediados del ciclo menstrual, podemos decir que es un proceso normal y saludable.

¿Qué es la infección vaginal?

Sin embargo, los cambios en tus secreciones pueden ser una señal de que tienes una infección vaginal y necesitas consultar a tu especialista médico. La vagina está protegida por un conjunto de microorganismos, encargados de mantener el nivel de acidez apropiado y evitar la colonización de gérmenes patógenos externos. Pero, esta barrera natural puede verse alterada por determinados factores como las propias relaciones sexuales, variaciones hormonales, el uso de ciertos anticonceptivos, una higiene íntima excesiva o deficiente o, en definitiva, una manipulación inadecuada de la zona que pueda conllevar la migración de bacterias desde el ano hacia la vulva.

 

Uno de los microorganismos que pueblan la vagina se conoce como Candida albicans, cuya proliferación puede ocasionar la conocida como vulvovaginitis candidiósica. Dependiendo de cuáles sean los factores causales, se pueden distinguir diversos tipos de infecciones: Candida (por hongos), Chlamidya trachomatis (se contagia mediante contacto sexual) o las debidas a cambios hormonales como las que se producen durante la menopausia.

Prevenir y tratar la infección vaginal

Algunas de las medidas que se pueden llevar a cabo para prevenir estas infecciones es beber agua en abundancia para evitar la acumulación de gérmenes, no permanecer con el bañador mojado porque se puede favorecer la proliferación de hongos, vestir ropa holgada para motivar la transpiración, orinar antes y después de mantener relaciones sexuales y, por supuesto, consultar al médico ante cualquier cambio en la cantidad, olor o color del flujo vaginal o, incluso, si se presentan picores o hinchazón en la zona.

A la hora de tratar esta clase de infecciones, en primer lugar, os recomendamos consultar con vuestro médico, dado que él os podrá guiar de una forma más profesional y apropiada en todo este proceso. Bien es cierto que hay síntomas comunes para diferentes afecciones y que es necesario un diagnóstico más preciso al respecto. Por otro lado, conviene recordar que existen muy diversos productos de libre dispensación en forma, por ejemplo, de óvulos que se introducen en la vagina o cremas tópicas que pueden aliviar los síntomas.

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