La ansiedad, a grandes rasgos, es un estado mental que afecta de forma negativa a nuestra salud. Si crees que la padeces, no te preocupes, no es culpa tuya. Hoy vamos a informarte sobre sus síntomas y causas para que puedas confirmar si muestras estas manifestaciones y necesitas ayuda profesional.

Síntomas de la ansiedad

La ansiedad se puede manifestar de diferentes formas en nuestro cuerpo y pensamiento. Las manifestaciones sintomatológicas más frecuentes se clasifican en los siguientes grupos:

Síntomas psicológicos

Tales como el sentir inquietud, agobio o inseguridad. El sentimiento de vacío, extrañeza, el miedo a perder el control, la incertidumbre y la dificultad para tomar decisiones.

La sensación de peligro y las consecuentes ganas de huir o atacar no fundamentadas también se agrupan en este conjunto.

Síntomas físicos

Se manifiestan en problemas como la taquicardia, las palpitaciones o la opresión en el pecho. Estos últimos suelen provocar falta de aire, temblores, sudoración e incluso en algunas ocasiones molestias digestivas como náuseas, vómitos, o el “nudo” en el estómago.

Otros síntomas de este campo son las alteraciones de la alimentación, tensión muscular, cansancio y la sensación de mareo y hormigueo.

Cabe recalcar que cada persona padece unas manifestaciones de la ansiedad diferentes, así como la intensidad de los mismos, debido a su predisposición biológica.

​Causas de la ansiedad

Aunque aún no está determinada una causa subyacente para la ansiedad, hay situaciones que agravan este problema. Las situaciones generales por las que se suele manifestar o incrementar la ansiedad son:

En primer lugar, los factores biológicos y hereditarios. Es decir, si existen antecedentes de problemas de nervios y ansiedad en otros familiares.

En la época de la niñez, el ambiente familiar influye con gran connotación a tu fortaleza y seguridad mental actual.

Además, hay otros factores como la inconformidad con tu vida actual o los desbalances en nuestros neurotransmisores por malos hábitos como la falta de sueño o no comer correctamente.

Por su puesto, el estrés cotidiano, que normalmente es generado en el trabajo o por problemas en el hogar, agravan el problema.

Es posible que no te identifiques con ninguna de las causas mencionadas; si es así, debes acudir a un experto para que las determine él.

En definitiva, tu salud es lo más importante, por lo que si crees que padeces alguno de los síntomas mencionados y tu situación coincide con alguna de las causas, solicita cuanto antes la opinión de un psicólogo certificado.

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