Llega el buen tiempo y con él, los clásicos problemas para dormir debido al calor de la noche. Un mal descanso repercute negativamente al día siguiente, bajando el rendimiento y también las defensas de nuestro cuerpo.

Cómo dormir bien en verano

Si el calor inunda tu habitación, presta atención a esta serie de consejos con los que podrás dormir mucho mejor.

Regula la entrada de luz a la habitación

Para no calentar en exceso la habitación, lo más recomendable es regular la entrada de luz a la misma, durante buena parte del día.

No debemos de confundir esto con cerrar la habitación a cal y canto, puesto que es necesario dejar alguna rendija abierta. De esta forma, por esta rendija entrará algo de aire y si logramos generar algo de corriente, la habitación estará bastante más fresca.

Todo esto suponiendo, claro está, que la habitación tenga un buen aislamiento térmico, en caso de no tenerlo es muy recomendable hacer las reformas necesarias para mejorar el aislamiento pues además de ganar en confort a la larga recuperaremos la inversión con lo que nos ahorraremos en el gasto de aire acondicionado y calefacción

Hidratarse

Durante el verano, la hidratación es más que necesaria. La hidratación, no solo es importante para evitar una deshidratación, sino también para poder regular mejor nuestra temperatura corporal.

Por este motivo, es importante consumir una buena cantidad de agua, tanto por el día, como por la noche. Gracias a esto, conseguiremos que nuestra temperatura corporal no se eleve demasiado y podamos dormir mejor. Además, es importante evitar el alcohol en la medida que se pueda. Aunque pueda apetecer una cerveza bien fría, con ella, nos estaremos deshidratando y, por lo tanto, dificultar nuestra capacidad de dormir.

Una buena ducha antes de dormir

Una buena ducha antes de dormir, nos ayudará a conciliar el sueño. En este caso, lo más recomendable es que sea con agua templada. A pesar de que pueda apetecer con agua fría, si nos duchamos con agua templada, esta calentará ligeramente nuestro cuerpo y, por lo tanto, esta bajará a la hora de entrar a la habitación.

Este cambio de temperatura mandará a nuestro cerebro la señal de que es hora de ir a dormir y nos resultará mucho más sencillo el poder conciliar el sueño.

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