Los calambres musculares son uno de los principales problemas a los que se tiene que enfrentar todo deportista. Estos calambres pueden darse por diferentes motivos, como por ejemplo no haber calentado bien y pese a que no son muy molestos, son lo suficiente como para estropearnos la actividad durante algunos días.

¿Qué son los calambres musculares?

Los calambres musculares se producen cuando el músculo se contrae de forma involuntaria, lo que llega a producir dolor y, sobre todo, incomodidad. Dependiendo de la gravedad del calambre, este nos puede durar entre unas horas o unos pocos días.

Un calambre no es lo mismo que una contractura muscular, por lo que no hay que confundir los términos, ya que las contracturas, duran más tiempo y además se manifiestan con un pequeño abultamiento en la zona en donde se produce, cosa que no sucede con un calambre.

¿Cómo prevenir un calambre?

La principal solución para prevenir estos calambres es principalmente realizar un calentamiento en condiciones. Si te dispones a realizar ejercicio con los músculos fríos, estos pueden llegar a sufrir los calambres debido a que se someten a una cierta cantidad de esfuerzo agresivo, sin contar con la elasticidad necesaria conseguida en el calentamiento.

Otra forma de prevenir estos calambres, una vez que hayamos calentado en condiciones, es el realizar el ejercicio poco a poco, de forma progresiva. Al realizarlo de forma progresiva, no pondremos a trabajar el músculo de forma agresiva desde un primer momento y lo iremos acostumbrando al paso de la actividad. Además, tampoco conviene llevar a cabo el ejercicio más allá de nuestras posibilidades.

Por último, si hemos sufrido un calambre, lo que tenemos que hacer es terminar con la actividad de forma inmediata y estirar el músculo mientras lo calentamos. El dolor del calambre irá desapareciendo progresivamente.

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